¿Realizas prácticas de ciberseguridad pero tienes el síndrome del impostor? ¡Bienvenido al club!

Las 12 semanas que pasé de prácticas en Futureforce con el equipo de Seguridad de Salesforce me permitieron adquirir las habilidades sociales necesarias para terminar la carrera con soltura y fueron un trampolín hacia el mercado laboral.
¿Realizas prácticas de ciberseguridad pero tienes el síndrome del impostor? ¡Bienvenido al club!

Para muchas personas, especialmente al empezar en un trabajo nuevo, el síndrome del impostor puede ser una gran traba. Incluso puede disuadirnos de solicitar ese puesto de trabajo con el que soñamos. Pero si algo he aprendido durante mis prácticas en Futureforce en el equipo de Seguridad de Salesforce durante este verano, es que cuanto mejor haces tu trabajo, más competente te sientes.

Ahora coincido completamente con esa afirmación. Es algo que el codirector ejecutivo Salesforce, Bret Taylor, mencionó durante una serie de ponencias. Nos reveló que su solución personal al síndrome del impostor es "simplemente hacer tu trabajo". Era justo lo que necesitaba oír, ya que al comienzo del verano sabía muy poco de ciberseguridad y estaba por un lado emocionada por aterrizar en un ámbito nuevo para mí, pero por otro asustada por no saber en dónde me metía.

Y es que, ¿qué pintaba yo aquí?

Vale, contextualicemos. Pasé el verano haciendo prácticas de escritura técnica en el equipo de Comunicaciones de seguridad y participación y (SC&E) bajo la supervisión de Carrie Miller, directora general de comunicaciones técnicas. Sí, claro que asistí a numerosas clases de comunicación técnica en la universidad, pero este era mi primer puesto en este campo. Y había estudiado didáctica de la informática, pero no iba a tocar ni una sola línea de código en todo el verano. Pero ¿¡dónde me había metido!?

Tras respirar profundamente varias veces, me di cuenta de que, desde mi primer año en el Instituto Técnico de Georgia, ya sabía que quería ser escritora técnica porque me apasiona elaborar documentación intuitiva y accesible. Y resulta que Salesforce era el sitio perfecto para lograrlo. ¿Por qué? Porque la confianza es el valor primordial en Salesforce. 

Así que, equipada con mi actual perspectiva sobre el usuario final y sus necesidades y siendo consciente de mi capacidad para resolver problemas técnicos avanzados, me puse a trabajar.

¿Pero cuál era mi labor realmente?

Durante las 12 semanas que pasé en el equipo de SC&E, no hubo dos días iguales. Mi jornada solía comenzar consultando el calendario, el correo electrónico y, cómo no, Slack. Después me planteaba algunos objetivos para ese día. Solía haber al menos un evento organizado por Futureforce al que asistir, como demostraciones de productos, webcasts, oportunidades para voluntarios y la serie de ponencias de miembros del equipo directivo que mencioné antes. Por la mañana solía ir a la cafetería a por un té matcha con hielo, leche de avena y vainilla. Los baristas ya me saludaban por mi nombre y sabían lo que iba a pedir.

Luego dedicaba el resto de la jornada a redactar contenido, investigar nuevos conceptos o modificar la documentación existente. Mi proyecto principal para el verano consistió en trabajar sobre un modelo formativo para desarrolladores e ingenieros acerca de la infraestructura de clave pública (PKI). 

PKI es un concepto que los desarrolladores deben conocer a la perfección, ya que nos permite transmitir datos a través de internet de forma segura. Sin embargo, no todo el mundo sabe cómo funciona exactamente, para qué sirve o por qué es tan importante implementarla en el código. ¿Y cuál era mi función? Desarrollar una serie de páginas de documentación en las que se explicaran los fundamentos de la PKI. 

Además, tuve la oportunidad de editar y actualizar otros documentos ya elaborados sobre temas como supervisión de certificados y autenticación multifactor. Mientras trabajaba, solía estar conectada a Slack para chatear con expertos en la materia o jefes de proyectos y conocer su opinión sobre aquello en lo que estuviera trabajando en cada momento. Es crucial para la seguridad de toda la organización contar con información y recursos actualizados, y yo pude contribuir a ello elaborando una amplia variedad de comunicaciones y proyectos, trabajando con diversos equipos.

Habilidades sociales para lograr nuestros objetivos

¿El síndrome del impostor que antes mencioné que sentía? Es que cuando estás rodeada por tantas personas comprometidas e inteligentes, es una sensación palpable. Habría sido muy fácil convencerme de que había logrado esta oportunidad por casualidad. Sin embargo, al pararme a pensar en por qué sentía eso, no era por no saber hacer lo que se me pidiera, sino por el miedo a que surgiera alguna tarea imprevista que fuera incapaz de gestionar. 

Por suerte, mi equipo me apoyó adaptándose a mi ritmo mientras me ponía al día de todo, y siempre estuvieron dispuestos a resolver mis dudas o a remitirme a un experto en la materia. Esa cultura de la colaboración y la ayuda mutua ha sido una de las mejores experiencias que me llevo de trabajar en Salesforce. Siempre que afrontaba una situación difícil o desconocida para mí, me sorprendía a mí misma y mi confianza se veía reforzada. Cuanto más trabajaba, más claro me quedaba que siempre podría pedir ayuda, consejo o una aclaración.

De hecho, las habilidades sociales que desarrollé durante mis prácticas son tan importantes como las habilidades técnicas. Trabajar en Salesforce me ha enseñado mucho sobre lo que aprecio en un lugar de trabajo y la cultura de empresa. En estas 12 semanas, he presenciado compañerismo y aprecio por el trabajo de la empresa. 

¿Mi canal de Slack preferido? #airing-of-happiness-thanks-and-gratitude. En él, miles de miembros comparten mensajes de celebración por cualquier evento, desde elogios a buenos compañeros hasta nuevas incorporaciones, pasando por bodas, etc. Es algo muy especial que se exprese la felicidad y la positividad en el trabajo.

¿Le gustaría trabajar en Salesforce?

Si se plantea inscribirse en unas prácticas en Salesforce, le diría que "adelante". Eche un vistazo a las interesantes oportunidades disponibles, encuentre algo que se adapte a su perfil y presente su solicitud. No estaba segura en absoluto de tener noticias de ellos, pero estoy convencida de que está más cualificado de lo que cree, así que merece la pena intentarlo. Y si le citan para una entrevista, no dude en mostrarse tal y como es, dejando ver sus verdaderas pasiones.

Cuando consiga su oportunidad, asegúrese de aprovechar todo lo que le ofrece el programa. No tenga reparos en buscar ratos para charlar tomando un café, relacionarse con sus compañeros, darse una vuelta por la ciudad y acudir a la oficina siempre que pueda. ¿He hablado ya de la cafetería?

De vuelta en Atlanta para centrarme en mi último año de universidad, siento cierta tristeza al pensar lo rápido que pasaron esas 12 semanas. Pero también me alegro de ver a mis amigos y familiares, disfrutar de mi último año de universidad y planificar mi vida tras la graduación. Tal vez nos encontremos.



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